Significado de la perseverancia
La persona madura es aquella que es capaz de establecer metas y administrarse a sí misma y sus recursos para lograrlo. Sabe lo que quiere, y lo que está dispuesta a hacer para lograrlo, sin cuento ni excusas. Persevera.

La mayoría de la gente sabe lo que debería hacer… pero pocos hacen lo que saben. (Tony Robbins)

Qué es tener constancia
La constancia es un valor y de ella hay que hacer una virtud.
Es necesaria para el logro de cualquier meta. Cada persona tiene una manera de lograr un cambio, pero sin perseverar, no importa cuál sea. Todas fracasarán.
Si quieres saber qué hacer para tener constancia, deja que te explique un método analítico y pragmático para conseguirlo.
El protocolo consiste en tres pasos:
- La persona analiza dónde está, y establece una meta a la que llegar.
- Se establecen objetivos a corto y medio plazo. Puntos intermedios entre la situación actual y la meta final.
- Se decide qué acciones y cuándo se llevarán a cabo. Se fijan fechas.
De nada servirá toda esa reflexión si a la hora de implementar las acciones, la persona no es capaz de perdurar en el tiempo. Si no hay adherencia al plan, no se llegará a la meta.
1-Establecer una meta
Es requisito indispensable que tu meta esté alineada con tus valores. Debe tener un sentido para ti, un motivo de peso. Si no, no perdurarás. Tienes que saber por qué y para qué quieres lograr tu meta, y eso debe producir en ti un estado de motivación claro y contundente.
Toda acción tiene un motivo. El problema llega cuando tus acciones no están alineadas con tus motivaciones y terminas subiendo por una escalera apoyada sobre el tejado equivocado.
Una vez tengas una meta, fija los objetivos:
2-Fijar objetivos smart
Son los capítulos en los que vas a descomponer el logro de tu meta. Esta técnica es ideal para mejorar la autoestima y la confianza en ti mismo cada vez que logras un objetivo. Poner la vista en una meta muy lejana es garantía absoluta de frustración.
Los objetivos pueden ser tanto de proceso (hacer ejercicio 30 minutos al día) como de resultado (perder 1 kilo de grasa corporal). En cualquier caso deben ser cuantificables, es decir, ¿como sabrás que lo has logrado?
A este respecto surge la metodología de smart objectives.

- Specific: Objetivos claros. Determina el quién y el qué.
- Measurable: Asegúrate de que hay alguna manera de cuantificar tu objetivo, de discernir si lo has logrado o no. Y de ver en qué grado lo has hecho.
- Achievable: Viable. Si concibes un objetivo que requiere más recursos de los que dispones, terminarás por abandonarlo. O si depende de factores que no puedas controlar. No debes dejar margen al azar.
- Realistic: Simple, pero clave. Si el objetivo es viable pero tu concepción sobre el mismo es irrealista, no lo lograrás.
- Time: Determina el cuándo.
3-Actuar
Ya tienes una meta dividida en objetivos cuantificables y realistas y un cronograma de cada uno de ellos, ¿y ahora qué?
Ahora es cuando debes elegir las acciones que llevarás acabo para acercarte a tu meta. Elige aquellas que seas capaz de hacer perdurar en el tiempo. Crea una estrategia de cambio en la que definas de qué forma puedes sustituir ciertas acciones por otras e implántala de forma progresiva.
Pregúntate lo siguiente:
¿Qué es necesario para lograr mi objetivo?
¿Qué me está impidiendo lograr mi objetivo?
¿Qué me facilitaría el logro de mi objetivo?
¿Qué me dificulta o limita en el logro de mi objetivo?
Guía tus acciones con las respuestas a estas preguntas.
Cómo ser disciplinado en el proceso
Tendemos a pensar en la disciplina como el arte de doblegar nuestra voluntad, cuando la clave para perseverar y ser constante es ponerla al servicio de nuestras metas.
No es más disciplinado quién más batallas libra contra su yo interior, si no quién las gana con él.
Deja de preguntarte cómo tener constancia para adelgazar o ir al gimnasio si ni siquiera tienes un motivo real para ello, uno por el que realmente quieras luchar, uno por el que sacrifiques algo a cambio.
Alguien determinado a lograr algo acaba encontrando la manera de hacerlo. Es cuando hay conflicto entre lo que se quiere lograr y lo que se está dispuesto a hacer o dejar de hacer cuando se abandona. Y llegados a este punto voy a ser brutalmente sincero:
Si abandonas, es porque la meta no te supone suficiente, no te merece la pena. No hay más.